EU WATER LEGISLATION

Como ya se ha mencionado, las alteraciones hidromorfológicas constituyen la principal presión sobre las masas de agua. Diferentes actividades humanas (agricultura, producción de energía, transportes, ordenación del territorio) han afectado a la morfología e hidrología de las masas de agua dulce. Los Estados miembros han identificado el 17% de las masas de agua europeas como masas de agua muy modificadas (13%) o artificiales (4%) debido a alteraciones antiguas o continuas durante décadas. La escorrentía de sedimentos de la tierra puede enturbiar el agua, bloquear la luz solar y, en consecuencia, matar la fauna. El riego, sobre todo cuando se utiliza de forma inadecuada, puede llevar al agua flujos de sales, nutrientes y otros contaminantes procedentes de los suelos. La gestión física de los ríos y del entorno hidrológico más amplio de una cuenca fluvial, como la canalización, la construcción de presas o la gestión de las riberas, puede alterar los hábitats naturales, como la vegetación de las orillas.
La existencia de centrales hidroeléctricas es una de las razones aducidas por los Estados miembros para designar dichas masas de agua. Las presas, las infraestructuras de protección contra las inundaciones, el drenaje de tierras, los embalses de almacenamiento de agua (...), son diferentes fuentes de alteraciones hidromorfológicas ; tales acciones o barreras modifican el régimen natural de los flujos de agua, afectan, incluso rompen la continuidad de los ríos y contribuyen a la fragmentación de los mismos y a la disminución de la biodiversidad. La AEMA explica que "el 20% de las masas de agua superficiales están afectadas por barreras como una presión significativa"; también indica que "para el 40% de las masas de agua afectadas el propósito de las barreras no está claro" . Subraya la importancia de la restauración de los humedales y llanuras de inundación desconectados, en particular en el contexto de la aplicación de la Directiva sobre inundaciones , la adaptación al cambio climático y la Red Natura 2000 .
Estudios científicos recientes muestran que la fragmentación de los ríos es un reto importante, con "al menos 1,2 millones de barreras en 36 países europeos" . Al mismo tiempo, el fomento de la producción de energía a partir de fuentes renovables lleva a algunos Estados miembros a aumentar la eficiencia de las centrales hidroeléctricas existentes y también a invertir en nuevas centrales hidroeléctricas. La promoción de modos de transporte más sostenibles también plantea la cuestión del impacto ecológico de las vías navegables interiores (unos 40 000 km), en particular en Europa central.

Teniendo en cuenta todas estas complejidades ecológicas y la diversidad de presiones humanas sobre el agua dulce, es esencial un enfoque integrado y ecosistémico, especialmente para hacer frente a las emergencias actuales. La DMA promueve la aplicación del concepto de gestión integrada de los recursos hídricos, definido por la Asociación Mundial para el Agua como "un proceso que promueve el desarrollo y la gestión coordinados del agua, la tierra y los recursos conexos, con el fin de maximizar el bienestar económico y social resultante de manera equitativa sin comprometer la sostenibilidad de los ecosistemas vitales" . El nuevo programa de acción medioambiental de la UE hasta 2030 también promueve el enfoque ecosistémico "para la gestión integrada de la tierra, el agua y los recursos vivos que promueve la conservación y el uso sostenible de forma equitativa para ayudar a alcanzar un equilibrio" entre los objetivos de conservación, uso sostenible y reparto de beneficios de la diversidad biológica.
La UE es claramente un actor clave en la gobernanza y el marco jurídico del agua. Su contribución, junto con la de sus Estados miembros, sin olvidar el papel de los jueces, debe ser ejemplar y motor del respeto del principio de subsidiariedad y del alto nivel de protección del medio ambiente. Si bien la DMA es la pieza central de la política de aguas de la UE, el derecho de aguas de la UE tiene una arquitectura compleja (Parte II).