B-La compleja estructura legislativa de la política de aguas de la UE
Por otro lado, la adopción de la DMA no ha parecido suficiente para proteger las aguas marinas, ya que su ámbito de aplicación no va más allá de las aguas de carácter costero. Por ello, el legislador de la UE adoptó la Directiva 2008/56 por la que se establece un marco de acción comunitaria en el ámbito de la política del medio marino.
Otra legislación preexistente relativa a la calidad de las aguas que se considera importante en función de su uso tampoco fue tocada por la DMA y debería seguir en vigor en un futuro previsible. La primera es la Directiva 98/83/CE relativa a la calidad de las aguas destinadas al consumo humano, refundida por la Directiva (UE) 2020/2184. La segunda es la Directiva 2006/7 relativa a la gestión de la calidad de las aguas de baño 
.
En cambio, otras dos Directivas que tratan de tipos muy importantes de vertidos al medio acuático sí siguen en vigor y constituyen piezas fundamentales de la legislación de aguas de la UE, tanto por su importante contribución a la protección de la salud humana y el medio ambiente como por el nivel de actividad judicial que han generado y que probablemente seguirán generando en los próximos años. La primera es la Directiva 91/271/CEE relativa al tratamiento de las aguas residuales urbanas , que se analizará en detalle en la parte 4. La segunda es la Directiva 91/676/CEE relativa a la protección de las aguas contra la contaminación producida por los nitratos utilizados en la agricultura , que se analizará en la parte 4.
Aunque la DMA es la pieza cardinal de la política de aguas de la UE, la estructura ("arborescencia") de la legislación de aguas de la UE es compleja. Desde la DMA, se han adoptado nuevas legislaciones, como la Directiva 2007/60/CE sobre la evaluación y gestión de los riesgos de inundación o el Reglamento (UE) sobre los requisitos mínimos para la reutilización del agua . Por último, de acuerdo con el Plan de Acción de la UE "Hacia una contaminación cero del aire, el agua y el suelo", la Comisión se ha comprometido a poner en marcha un proceso de revisión de varios actos legislativos de la UE en materia de aguas .
Este importante corpus legislativo en materia de aguas ha contribuido a la mejora general de la calidad del agua desde 1975; sin embargo, como muestran los informes de la AEMA, siguen existiendo muchas lagunas y están surgiendo nuevos retos. Además, hay muchas dificultades para cumplir la legislación comunitaria sobre el agua en los Estados miembros. Este fenómeno de ineficacia de la ley es, obviamente, "una señal de calentamiento que debería alertar al legislador y llevarle a sospechar de defectos en los fundamentos o en la construcción de su obra" . Las diversas jurisprudencias relacionadas con la legislación de la UE en materia de aguas muestran también el papel esencial de los jueces en la interpretación y el cumplimiento de las obligaciones de protección y mejora de la calidad del agua y del medio acuático. Un reto importante para la protección jurídica del agua reside también en la integración imperativa de un alto nivel de protección del agua en todas las políticas de la UE